Mamíferos
Con su robusto cuerpo y sus afilados colmillos, los jabalíes pueden parecer animales intimidantes y agresivos. Sin embargo, son pacíficos por naturaleza y normalmente se esconden de los humanos. Los machos son animales solitarios, mientras que las hembras viven con sus crías formando grupos de entre 8 y 30 ejemplares. Si se limita a moverte por los senderos marcados, rara vez se va a encontrar con un jabalí. La mayoría están activos y se mueven durante el crepúsculo y en la oscuridad de la noche. Si alguna vez se encuentra con un jabalí, hay tres situaciones concretas que pueden acarrear peligro.
Tres situaciones de riesgo
Se encuentra entre la madre y sus crías:
Tiene que tomarse los probables gruñidos de la madre como una señal de advertencia. Lo esencial es mantener la calma, y si tiene cerca un sitio elevado o un árbol donde pueda trepar con facilidad y seguridad, utilícelo para esperar hasta que el grupo de jabalíes se haya ido. No sostenga palos en alto ni haga ningún tipo de gesto amenazante, ya que si un jabalí se siente en peligro, se puede volver muy agresivo.
Se encuentra con un jabalí herido:
Se puede dar el caso de que vea a un jabalí que ha sido atropellado o que haya recibido el disparo de un cazador y que se encuentre gravemente herido. Aun con lesiones graves, puede encontrarse en un estado muy agresivo y atacar, así que lo primero que tiene que hacer es refugiarse en un lugar seguro. A continuación, debe llamar al 112 o a los agentes forestales para que acudan al lugar. De esta forma, se encargarán de atender al animal y evitará que haya futuros problemas entre él y otros caminantes.
Sorprende a un jabalí entre la vegetación:
Cuando ya se ha puesto el sol y se encuentran en la espesura del bosque, los jabalíes no se esperan la presencia humana, por lo que pueden sorprenderse si nos adentramos de noche entre los árboles. Igual que pasa con una persona asustada que se ve amenazada, los animales reaccionan de forma imprevisible, y es tan posible que escapen como que le ataquen. Por eso, lo mejor es mantenerse siempre en el sendero marcado para evitar sorpresas de este tipo.
En el raro caso de que se encuentre a poca distancia de un animal salvaje, debe actuar respetando al animal y velando por su propia seguridad. Cuando está en medio del bosque, está invadiendo el hogar de la fauna salvaje, ya que lo que para usted es una zona de ocio y recreo, es a la vez el hábitat principal de los animales. Por eso, hay que tomarse en serio las advertencias e instrucciones de los paneles informativos que pueda encontrar y conviene respetar siempre las normas básicas de comportamiento en la naturaleza. Esto es lo esencial a tener en cuenta:
La obligación de recoger su basura y no dejarla en el bosque no es solo para preservar la belleza del paisaje. Dejar envoltorios de plástico, latas vacías y objetos similares puede provocar que algún animal resulte herido. Por ejemplo, la cornamenta de los ciervos puede enredarse con los restos de basura o la boca de un zorro puede quedar atascada en latas o tazas que encuentre en el suelo. Además, los desechos pueden causar lesiones gastrointestinales a los animales.
Por otro lado, es importante seguir los caminos marcados en todo momento para no perturbar la tranquilidad de la fauna salvaje. La mayoría de animales del bosque están acostumbrados a la presencia de personas por los senderos, donde no representamos una amenaza para ellos. Para respetar el hábitat de los animales, tampoco debería pasar demasiado rato por los márgenes del camino, ya que son el lugar favorito de muchos de ellos.
La norma de no dar de comer ni de beber a la fauna salvaje tiene una justificación: si le da comida y la aceptan de forma amistosa, quizá la reclamarán agresivamente al próximo caminante que pase por la zona. Para evitar empezar esta peligrosa cadena, la consigna es clara: ¡prohibido alimentarlos!
El hecho de tener que llevar a los perros con correa atiende a dos razones. Por un lado, evitamos que salgan corriendo tras un animal salvaje, evitando así un estrés innecesario tanto a usted como al animal en cuestión. Por otro lado, puede ocurrir que algunas aves rapaces identifiquen a los perros particularmente pequeños como una presa.
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